Yo no sé qué va a pasar.

Mucho tiempo buscaste sentir. Buscaste volver a sentir. Tienes esa necesidad de sentir, de ayudar, de entregarte. Lo hiciste por momentos, a cuentagotas, donde sabías que no valía la pena, pero tenías que sacarlo.

Así viviste muchos años, sin darle el peso específico a tus problemas. En algún momento te detuviste, pero ya sabemos: "Malandro não pára, malandro dá um tempo" (Ciudad de Dios).

Después de la primera temporada, pensaste que no te volvería a pasar. Que no volverías a sentir con tanta fuerza, que habías aprendido a dejar de lado tu intensidad y ser mucho más racional, más mental, más analítico, menos dramático. Que ya sabías que esa temporada murió por tus malos hábitos, que hay cosas que por más normalizadas que sean no puedes soportar. Nació la idea que tenías que trabajar en ti, pero se tardó en germinar.

Finalmente comenzó. Sigo diciendo que nunca tocas fondo, pero si llegaste a un punto donde te diste cuenta de que ya no podías seguir más. Necesitabas cambiar, transformarte, necesitabas perdonarte; pero no solo de palabra, sino de acción. Demostrarte a ti mismo que te estás perdonando, pero, sobre todo, cortar de tajo todo eso que hacías que te hacía sentir tan mal. Y bueno, no te puedo negar que lo estás haciendo, vas bien. Pero de repente, algo pasó.

De repente
Me moría por seguirte la corriente
Por la noche y por el día
Te veía en cada rostro de la gente
Vida mía

De repente
Caminaste los caminos de mi mente
Le quitaste las arrugas a mi frente
Y sembraste tu sonrisa en mi dolor

Vida mía
Tu locura me inundó violentamente
Tu demencia me llenó tan de repente
Que hiciste que creyera en el amor

Aldemaro Romero, De repente.

Llegó la segunda temporada. Tu sabías que no estabas listo para entrar en escena. Las condiciones no estaban dadas, pero así son las temporadas, llegan cuando nadie las espera. Al principio pensaste que solo sería un piloto, uno o dos capítulos que, como siempre, no iban a funcionar. Un par salidas y a lo que sigue. Justo de lo que estabas huyendo, pero ahí vas. Como siempre viviste.

"Yo creo en el amor, lo que pasa que creo en un amor que surja en el contacto con la extrañeza del otro; no en proyectar en el otro lo que yo necesito que el otro sea para mi propia tranquilidad. Porque si el amor termina siendo eso, eso no es amor.”  Darío Sztajnszrajber

Más rápido de lo que esperabas, ya estabas muy adentro. Y aún sigo sin entender lo que te pasó. No era la primera vez que te aventabas un trompo así, pero desde el principio, supiste que esta vez era distinto. Momento a momento te fuiste metiendo más y más en la temporada, porque lo permitía. Y te diste cuenta de que esta no era cualquier temporada, que era LA TEMPORADA.

Descubriste en esa temporada todo lo que siempre estabas buscando. Nunca le habías expuesto tus vulnerabilidades de manera tan frontal a nadie. Y que bien se siente. Que bien se siente no fingir, ser quién eres tú, con todas tus virtudes y todos tus pecados. Te sentías en casa. Te sentías pleno, feliz, por fin no tenías nada que esconder. Y caíste, con toda la intensidad que dijiste que ibas a racionar. Descubriste en esa temporada lo que siempre habías buscado. Sientes lo que nunca habías sentido. Fue un tren. El expreso del sarape. Te pasó por encima totalmente. Y sigues debajo de ese tren.

"En el amor, vos tenés la potencia de ejercer un poder sobre el otro, porque el otro se te muestra en su debilidad, sin embargo, aunque el otro te muestre su debilidad, vos no avanzás. (...) Retirarme para que el otro sea, eso es amar. No es -voy hacia vos y te construyo-". Darío Sztajnszrajber

Esta temporada te ha enseñado muchas lecciones. Demasiadas. Ahora ves las cosas distintas. Tienes que dejar de intentar controlar, y tienes que dejar ser. "Amar es liberar". Entendiste que no todos demostramos el amor de la misma manera, pero eso no quiere decir que no exista. Aprendiste a ser aún más paciente, a escuchar, a ceder. Aprendiste a abrazar, a estar sin esperar nada a cambio, quizá solo una sonrisa. Aprendiste que el amor es más complejo de lo que creías.

Lo malo que hay algo en ti que no ha cambiado: tu esperanza. Tu esperanza de que cuando lo que sientes es realmente puro, noble, de corazón, de buena fe, entregado, cuando es así, siempre triunfa. A pesar de todo.

“No se gana en el amor, se pierde. Porque el amor es entrega, si en el amor importa más el otro, hay entrega, si hay entrega vas en contra de vos mismo.” Darío Sztajnszrajber.

Vives dos luchas paralelas, la lucha contra tus hábitos y esta temporada. Por primera vez no has dejado de luchar una por enfocarte en la otra. Tienes miedo de caer. Mucho miedo. No te asusta la noche de mañana, te asusta la noche de hoy. Será larga.

La primera lucha es la más difícil. Esa lucha es contra ti mismo. La lucha contra tu soledad, contra tus pensamientos, contra tu ansiedad, contra tu manera regular de lidiar con la vida. Vas bien ahí. Has dado pasos importantes.

La segunda lucha es mucho más compleja. Todos los vínculos son complejos.  Sólo puedes controlar lo que tú haces, y creo que ya hiciste todo lo que podías. No hay más. Solo queda esperar y confiar. No se si estás aferrado, o si simplemente crees que es aquí donde te debes quedar, que éste es tu hogar, que esto es lo que estuviste esperando todo el tiempo. No se si es terquedad o es plena y consciente razón.

Sólo sientes ese vacío, y en esta ocasión es doble, porque no sabes que hacer. La vida pasa, y tratas de aprovechar el sol, aprovechar el tiempo, pero la cabeza no se calla. Sigue estando allí.

Tienes que seguir luchando. Confía en lo que quieres, en lo que has hecho, en lo que sientes. Confía en quien eres. Si el amor para ti es un compromiso, primero comprométete contigo mismo. Yo se que deseas que esta temporada se dé, porque la conoces bien, porque te hace mejor persona y a ella también. Deja que las cosas pasen, que los pensamientos se asienten, que las ideas se aclaren.

Yo no sé qué va a pasar. Solo se que por mucho tiempo esta temporada estará presente en tu vida. No se por cuanto tiempo. No se si volverán a pasar otros cuatro años para volver a sentir todo este huracán. Vas bien, sigue tu lucha, con o sin ella tienes que continuar. Ojalá que sea con ella, pero eso ya no depende de ti, al menos no por ahora. 

Resiste esta noche. Por favor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Zzzzzzzzz...

¿Necesito conocerte?

Danone de Fresa.