Quisiera ser como tu.


Me gustaría ser como tu, y aprender a decir que no sin haber terminado de escuchar la pregunta. Tu como yo, imaginamos, hemos vivido esto ya algunas veces. La única diferencia es que tu tienes ese valor/temor. Yo, yo soy un romántico, no puedo contenerme. Perdóname.

El tiempo sin ti, es espacio
las olas sin ti, son lágrimas
el viento sin ti, es agua
y el agua sin ti, es llanto.

Mi vida sin ti es una roca
áspera, porosa y dura.
Una roca que carece de sentido
como mi vida sin ti.

Áspera por seguirte pensando,
por seguir sufriendo este sufrimiento.
Porosa por el vacío que dejaste dentro
que parece que lo llena cualquier cosa y al final, todo se escurre.
Dura porque no estás, porque me faltan tus palabras, 
tu mirada, tu voz, tu esencia.

La música sin ti es estática, 
la luz sin ti es una llama,
mi piel sin ti tiene frío,
mis ojos sin ti no escuchan.

Y cuando estás conmigo, aunque no estés,
aunque sea un segundo, el rojo vuelve a mi sangre,
mi locura se transforma en atención, en felicidad, en deseo;
deseo que ese momento dure para siempre y por siempre;
aunque te vas y me dejas, como siempre...

Te creo porque esa es mi única esperanza
¿Quién quiere un beso, si no es de tus labios?

Te espero porque sin ti no tiene sentido
¿Quién quiere una palabra, si no es con tu voz?

Te pienso porque sin ti, es imposible.
¿Quién quiere tiempo, si no es a tu lado?

Te quiero porque sin ti, no soy.
¿Quién quiere amor, si no es contigo?

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